Historias de superhéroes cotidianos
Aún recuperándonos de todo lo vivido en Internet lo Cambia Todo, no queríamos dejar de compartir contigo nuestras sensaciones por haber tenido la oportunidad de tomar parte en este gran evento que organizaron Isra García y los chicos de Mapmakers. Por haber podido aprender algo de cada una de las personas que compartieron generosamente sus propias experiencias. Y por haber podido vivir en primera persona el ambientazo que generaron las 800 personas que se dieron cita en el Teatro Principal de Valencia unidas por una misma idea (que Internet lo cambia todo o puede hacerlo). Y las más de 4.000 que lo hicieron desde casa vía streaming y tuiteando sin parar. Todos ellos, también nosotras, somos superhéroes cotidianos. ¿Por qué no? Y de eso fue precisamente de lo que trató nuestra intervención. De eso, y de nuestra propia experiencia, que ya venimos compartiendo contigo aquí mismo desde hace seis meses 🙂
¿Internet lo cambia todo?
La respuesta es sí, Internet lo cambia todo. Pero eso sí, si tu quieres que lo cambie. Las personas, y lo que somos capaces de hacer, somos las que provocamos que algo cambie, pero Internet es una herramienta brutal que nos permite que ese cambio no conozca fronteras. Que nos permite tener una conexión directa con el mundo y un altavoz sin límites para conseguir que se escuche nuestra voz.
Para nosotras, sí, Internet lo cambia todo. Y lo ha cambiado, y lo cambia, especialmente a través de nuestro blog. Un blog aún pequeñito, con solo seis meses de vida, pero que ya nos ha dado muchas satisfacciones por el camino, muchas más de las que hubiéramos podido imaginar. En él, aquí, hacemos las cosas a nuestra manera y, poco a poco, lo que comenzó siendo como un hobby, algo con lo que experimentar y aprender, se ha ido convirtiendo en nuestro modo de vida y nos ha ido abriendo puertas muy interesantes. Sí, a partir de algo pequeñito también pueden pasar muchas cosas. Si estás dispuesto a dejar que pasen.
Todos tenemos un súper poder
Todos tenemos nuestro propio súper poder, esa habilidad o talento especial (ya sea de carácter profesional o más personal) que puede que ya hayamos cultivado o no. Es aquello que nos hace únicos y que nos apasiona, pero que quizá en un determinado momento hemos dejado aparcado porque no quisimos o no supimos ver hasta qué punto es un súper poder. O quizá alguien, un súper villano, nos hizo creer que era algo insignificante, que no nos iba a llevar a ningún sitio y que no iba a interesar a nadie.
Ese súper poder, ese algo único que todos tenemos, que nos gusta y se nos da bien, precisamente porque nos apasiona, es nuestro mayor tesoro. Y llega un momento en el que deberíamos plantearnos si nos lo quedamos para nosotros, guardado entre cuatro paredes, o si merece la pena compartirlo con el mundo. Y quien dice mundo dice con 50 personas más que no forman parte de tu entorno más directo, de 100, de 1.000, de un millón… ¿Quién sabe? Internet te permite amplificar tu súper poder, hacerlo llegar a donde quieras, y que, a partir de ahí, no sepas lo que puede pasar. Eso es lo más interesante: primero conectar… y luego ¿quién sabe? Como personas y con Internet como aliado, como el martillo de Thor o el escudo de Capitán América. Internet por sí solo no hace nada de nada. El súper poder es tuyo, Internet solo lo amplifica.
¿Te acuerdas de lo que querías ser de mayor?
Ese súper poder que todos tenemos, pero que a veces no vemos, no es algo nuevo. En realidad ya lo teníamos cuando éramos pequeños, cuando nuestra capacidad de soñar era infinita y no veníamos obstáculos ni piedras en el camino. Cuando nos pensábamos que solo por ponernos una sabana atada al cuello a modo de capa íbamos a poder salir volando como Superman.
Quizá un día nos olvidamos de ese súper poder. Pero sigue ahí, solo tenemos que «redescubrirlo» y creernos que efectivamente lo es. ¿Te acuerdas de lo que querías ser de mayor cuando eras ese niño? Y ahora pregúntate: ¿Qué quieres ser de más mayor?
Todo súper poder conlleva una gran responsabilidad
De acuerdo, somos superhéroes (cotidianos, pero superhéroes) y tenemos nuestro súper poder y a Internet de nuestro lado, pero ahí no acaba todo ni mucho menos: todo súper poder conlleva una gran responsabilidad (ya se encargó de recordárselo al mismo Spiderman su propio tio ;)) y esto, fuera de los cómics y las pelis de Marvel y compañía, se traduce en que hay que trabajárselo. Aquí no hay magia que valga.
Un blog puede parecer algo muy pequeño, una tontería, pero si quieres que llegue, y conseguir conectar, tendrás (tendremos) que dedicarle mucho trabajo, echarle muchas horas, a menudo a costa de renunciar a otras cosas, y ponerle mucho «de ti», de quién eres tú. Blogs hay muchos, pero se trata de que el tuyo sea único, igual que cada uno de nosotros somos únicos en el mundo a partir de nuestra propia manera de vivir, hacer y contar las cosas. Sean las que sean. Sobre marketing online como es nuestro caso, sobre hockey sobre patines, sobre madalenas o sobre la tortuga brasileña.
¿En qué te puede ayudar un blog?
Quien habla de un blog habla de cualquier otro tipo de proyecto o plataforma, pero nosotras solo podemos hablar de nuestra propia experiencia, que ahora mismo está protagonizada por este blog y por lo que nos está aportando.
Con esto no queremos decir que solo con abrirte un blog vayas a conseguir un trabajo mañana ni que todo el mundo debería abrirse deprisa y corriendo un blog porque es la solución a todos los males, ni mucho menos, pero por si ya estás en ello o por si lo estabas pensando o lo has empezado a pensar justo ahora, queremos compartir contigo algunas cosas que en su día nos ayudaron y otras que hemos ido aprendiendo por el camino por si a ti también te pueden ayudar:
- Elige un tema que conozcas y que te guste, es más, que te apasione: si no sabes bien de que hablas, difícilmente podrá interesar a los demás, a todas esas personas con las que te gustaría poder conectar. Y, al mismo tiempo, si el tema no te gusta será muy fácil que, más pronto que después, abandones porque se convertirá en un calvario y en una obligación insatisfactoria.
- Tomátelo como un hobby profesional: piensa que es algo que has elegido y estás hablando de lo que más te gusta, tu blog es un hobby, pero comprométete con él. Y cumple. Si decides publicar solo una vez a la semana, está bien, a tu ritmo, pero cumple. Si fallas una vez, seguramente habrá una segunda, luego una tercera,… y al final tu blog morirá.
- Da la cara, las personas son las que conectan, no el blog por sí mismo.
- Paciencia y constancia: el proceso puede ser largo y lento, pero sigue tu camino, mirando siempre hacia adelante.
- Aprende a disfrutar del camino: a menudo las mejores cosas pasan durante el viaje y no necesariamente en el destino. Disfruta del viaje, de las pequeñas satisfacciones que te irá dando tu blog, de las nuevas relaciones que crearás, de cada comentario, cada visita…
- No te cierres en banda y no temas salir de tu zona de confort: una vez das el salto a Internet, por ejemplo con tu blog, no sabes dónde te puede llevar. Lo desconocido da miedo, pero es interesante. No te pierdas cosas por miedo ni te cierres a atravesar las nuevas puertas que se te pueden abrir.
- No separes tu identidad online y offline: en cualquier caso, hablamos de personas. Y practica el (ya famoso) +1 (de Paco Viudes, no de Google Plus): cada día habla a una persona más de tu blog, de lo que haces en él. Haz que te conozcan y tiende puentes hacia tu blog.
Dicho todo esto, te toca a ti: te invitamos a pensar cuál es tu súper poder y a compartirlo con nosotras. ¿Cuál es? 🙂