Existen muchos mitos y leyendas sobre lo que puede o no puede hacer un trabajador dentro de un determinado campo profesional. Seguro que tú mismo te has encontrado en más de una situación en la que te han dado ganas de decir «Milagros, a Lourdes» o algo peor 😉
Este tipo de situaciones se pueden llegar a dar en cualquier profesión, pero lo cierto es que se dan con bastante frecuencia en el terreno del Marketing Online, quizá porque es aún una profesión relativamente joven y porque todavía hay muchos conceptos que se mezclan y confunden. Y eso es de lo que me gustaría hablarte hoy.
Vamos a ver algunas de esas situaciones en las que no puedes evitar pensar: ¡Esto es increíble!:
Lista de «peticiones milagrosas» más frecuentes
Un community manager por 50 euros/mes
Quiero un community manager que sepa: diseño gráfico, analitica web, comunicación, que escriba perfectamente y que también de paso me pueda llevar la web, se aceptan conocimientos de informática, y si de paso habla idiomas para escribir en tres idiomas mejor que mejor… Honorarios: 50 euros al mes (revisables). Qué gran oferta de trabajo, solo faltaría añadir «hacer todo esto haciendo el pino puente».
Los súper milagros no existen y los superhéroes 2.0 tampoco, los profesionales trabajan por dinero y no por el bien mundial de internet, así que dejemos los milagros para los santos y seamos más realistas a la hora de contratar a un profesional o de ofrecer nuestros servicios.
Una web buena, bonita y muy barata
Llega el momento de poner precio a tu trabajo y es cuando te encuentras con que lo que parecía una reunión entre profesionales se ha convertido en «el mercadillo popular» y el cliente quiere negociar el precio como si de un puesto de segunda mano se tratara.
De ser así, en los puestos de este tipo de mercado tendríamos un tenderete donde con un megáfono anunciaríamos nuestros servicios: «Bueno, bonito y barato» ;»Nena, que me quitan las webs de las manos».
Una tienda online que empiece a vender desde el primer día
Contratas a una persona que te monta la tienda online pero al segundo día de lanzarla al mundo online no vende. Entonces decides que el servicio que has contratado no vale para nada y que ha sido una estafa.
Montar una tienda online ya es un trabajo en sí, no se puede pretender cargar las responsabilidades de la «no venta» desde el momento 0 al profesional que la ha diseñado o programado. Esto sería como si culpamos al diseñador o constructor de nuestra tienda offline de que no entren clientes a nuestro negocio. Impensable ¿verdad?
Posicionar una web en la primera posición de Google
Claro, mañana mismo la tienes en la primera posición, sin tener en cuenta el nicho en el que estemos trabajando y a pesar de tener una feroz competencia. Quiero que mi hotel en Alicante sea el primero del mundo mundial, esto a modo de ejemplo. O eres la mujer de Matt Cutts o difícil lo tienes.
Y si contratas a un SEO que te asegure esto, cuidadín, seguramente te esté vendiendo cuarto y mitad de humo.
Tú pones tu trabajo y si funciona nos forramos
Seguro que también te has encontrado ante el conocido que te dice: tengo una idea buenísima. Te la cuenta, tú la desarrollas y si luego la idea triunfa «vamos a medias». Ideas tenemos todos, lo dificil es desarrollarlas y, o la idea es buenísima y te apasiona, o puedes salir escaldado de esa experiencia.
Si te vas a embarcar en un proyecto así, te aconsejo que dejes todo atado y bien atado, y con un abogado de por medio, si no quieres encontrarte sorpresas por el camino: la idea era mía, lo que tú haces lo podía haber hecho otro, etc, etc.
Subcontratar un freelance y pretender que sea un trabajador en plantilla
Vendes un servicio determinado pero tu cliente pretende que soluciones todos los problemas que pudieran surgir dentro del departamento de marketing online y, si me apuras, te llaman para arreglar la impresora de la oficina que no va bien.
Contratar a un profesional freelance tiene un coste: coste por servicio, no por un servicio 24 horas al día. La disponibilidad se paga y si no «milagros, a Lourdes».
Por último, y a modo reflexión, quería hablar ya no de milagros sino de los cambios de chip que suelen suceder cuando cambias el rol de ser un trabajador contratado a montar tu propia empresa. ¿Te suena eso de ser el trabajador que se queja del funcionamiento de la empresa y al que le enerva que no inviertan recursos en profesionales y se nutran de la contratación de becarios… Y cuando tú eres la empresa decides buscar dónde contratar becarios para ahorrarte un dinerillo? 😉 (¿Te suena?)
Y tú, ¿sigues creyendo en los milagros ?¿Thas encontrado en alguna situción en la que has pensado «milagros a Lourdes»?