En esto del mundo freelance, y más en el campo del marketing online, la relación con otras personas, ya bien sean clientes, colegas o compañeros de trabajo, a menudo no se produce cara a cara en una oficina «convencional» y cada vez se usan más aplicaciones que facilitan la comunicación inmediata como Skype, Whatsapp, el Hangout de Google, Telegram, Line, etc…
Sin duda, hay muchas ventajas que aportan estas herramientas y que años atrás eran impensables, pero también hay muchos inconvenientes, que hacen que al final un día de trabajo no resulte todo lo productivo que nosotros querríamos.
Por qué no uso Skype ni Whatsapp para trabajar
En muchas ocasiones estar conectado a cualquiera de estas aplicaciones hace que las interrupciones sean constantes y por mucho que digamos: ¡bah no voy a responder y sigo trabajando!, siempre acabamos mirando. El sonido de «mensaje» llega y por mucho que quieras sigue sonando en tu cabeza, «mensaje» «MENsaje» «MENSAJE» «MENSAJEEEEEEEEEE» y claro finalmente la disyuntiva es: y ….. ¿si es importante?
Al final, acabas picando y miras. Acabas abandonando la tarea que estabas realizando y luego tienes que volver al punto en que la dejaste con su correspondiente pérdida de tiempo. Si este hecho se repite varias veces a lo largo del día, la pérdida de tiempo efectivo es considerable.
Y qué me decís de esos Whatsapps que se escriben en 150 líneas, en lugar de en un párrafo seguido con toda la información. Seguro que habéis sufrido este ataque monosilábico en más de alguna ocasión.
etc…. etc…. Eso sí, por lo menos casi siempre aparece algún emoticono de carita sonriente para compensar 🙂
Otro factor que no me gusta nada es la información dispersa. El mail es la mejor herramienta para poder hacer un seguimiento de un cliente, o poder agrupar todos los mensajes de la misma persona o la misma acción. El mail me permite poder visualizar que tareas se han cumplido o qué tarea pendiente tengo en relación a un trabajo.
Si comenzamos a abrir todos los canales cómo vía de recepción de información llega un momento que no sabes dónde tienes cada cosa. Un ejemplo que seguro que también habéis vivido en primera persona es este tipo de llamada:
ANTONIO: Perdona, estoy esperando recibir la información que te pedí el otro día.
TÚ: (UPS momento de tensión de «he dejado algo por hacer» y cara boquiabierta) ¿Qué información? (te sale un hilito de voz)
ANTONIO: Sí, lo que te dije por whatsapp, aunque no estabas conectado pero luego vi el doble check, También te mandé el enlace por skype, y lo rectifiqué para enviártelo a la carpeta común de Dropbox. ¿Te acuerdas?….
TÚ: ¿¿¿¿Einnnnn???? (Por Diosss…. !mándame simplemente un mail!)
Creo que debemos aprender a usar estás herramientas como lo que son: herramientas que ayudan a la comunicación y no como sustitutivos de la comunicación básica. Obviamente, no todo es malo y también existen numerosas ventajas:
- Ahorro en gasolina y desplazamientos.
- La inmediatez y el trato personal que no se consigue a través de un frío mail.
- Poder tratar con clientes de diferentes partes de España sin necesidad de desplazarte y sin conocerlos directamente.
- Skype para mí, es el gran aliado en este tipo de relaciones laborales, para poder fijar una cita con un cliente, mostrar un proyecto con la opción de compartir pantalla, o simplemente resolver una duda o urgencia puntual.
- Es una ventana al mundo pero con la comodidad de no tener que ver las caras con ojeras de las siete y media de la mañana 🙂
- La soledad del freelance se atenúa, eso de estar trabajando en la oficina de casa y recibir los buenos días de algunos compañeros en tus mismas circunstancias te hace sentirte bien, como si trabajaras con un equipo de personas.
Tal vez pensáis que soy un poco exagerada, pero yo he decidido trabajar sin estar conectada a Skype y silenciar los mensajes de whatsapp. Sólo cuando hago una pausa miro los mensajes y sólo si tengo una reunión me conecto a Skype. También he decidido no contestar a mensajes ni whatsapps de trabajo a partir de las 22.00h.
Si algo es realmente urgente la persona que quiera contactar conmigo me llamará por teléfono o me mandará un email. Personalmente, es algo que me ha ayudado a ser mucho más productiva en mis horas de trabajo y a optimizar más mi tiempo. Al final, alargar una jornada a 12 horas diarias por este tipo de interrupciones no compensa, el trabajo dignifica a la persona pero el tiempo libre y de calidad también 🙂
Venga, seguro que tenéis más de una anécdota con este tipo de servicios de mensajería o aplicaciones para facilitar (o complicar) la comunicación. ¿Nos las cuentas?