Nuevo algoritmo de Google
Por si no teníamos bastante con el Colibrí, el Panda, el Pingüino, y cuando todavía no tenemos muy claro lo de la Zebra (sí, esto parece la película de Madagascar), coge Google y de repente nos sorprende con el Grillo y da un cambio de tercio a su tropa introduciendo insectos, pero ¿qué es el grillo y a qué afecta concretamente este nuevo algoritmo?
Si has entrado en este post sorprendido por el título, a estas alturas tendrás el pulso acelerado y estarás pensando: ¿cómo que un nuevo algoritmo y yo sin enterarme? o ¡Dios! y ahora qué. Bueno, pues sentimos decepcionarte, o tal vez alegrarte el día, pero que nosotras sepamos Google no ha lanzado un nuevo algoritmo y de momento ya tenemos suficientes con los que hay, el Grillo no existe. Esto sólo era un experimento para ver cuántos lectores llegaban hasta aquí por la curiosidad de saber qué era eso del Grillo. Pero también es algo más que eso.
El caso es que a día de hoy hay blogs que gozan de un mayor seguimiento y credibilidad que los medios de comunicación tradicionales por aquello de que se supone que proporcionan una información más especializada e independiente ¿Pero hasta qué punto podemos simplemente creernos todo lo que leemos y todo lo que circula por Internet?
La verdad que el título de este post llama la atención y yo misma si lo viera en Twitter, entraría rápidamente al contenido para descubrir el nuevo algoritmo de Google. Mas allá de este mini experimento, la pregunta es ¿qué pasaría si un blog con un tráfico ciertamente relevante escribiera un artículo similar que fuera falso? ¿Qué pasaría si nadie desmintiera que ese supuesto algoritmo no existe? Muchas veces nos creemos a pie juntillas toda la información que existe en la red y es algo que deberíamos replantearnos y, por supuesto, cuestionarnos todo aquello que llega a nuestras manos, incluida la información que toma Google como relevante y nos muestra en los primeros puestos de las SERP´s.
Hace pocas semanas pudimos vivir un fenómeno similar con el polémico programa de Jordi Évole «operación palace», donde una vez más se demostró el gran poder de los medios de comunicación y lo confiado que en determinado momento podemos llegar a ser los telespectadores. Las personas en general. Y según quién nos lo cuente.
No sólo los medios de comunicación tienen ese poder, en el mundo de la blogosfera también estamos expuestos a sufrir pseudoengaños o a dar por hecho noticias y artículos, sin siquiera plantearnos el porqué.
El poder de la blogosfera, los influencers y Google
Google, a pesar de sus avances aún no sabe clasificar la veracidad de un artículo. Si un artículo con información falsa está en un blog o una web que considera importante, que tiene una buena estructura SEO y a la que enlazan muchísimas páginas, Google lo considerará como bueno y no habría ningún tipo de penalización al respecto.
Por tanto, si nosotros realizáramos una búsqueda en Google con criterios similares a los de esa web, en una de esas primeras posiciones se encontraría el artículo relacionado y nosotros (pobres mortales) seguramente daríamos por buena la respuesta (da miedo ¿verdad?)
Estamos cansados de oír que «EL CONTENIDO ES EL REY», y esto ha potenciado que cómo estrategia SEO o como estrategia enfocada al marketing de contenidos, cada vez se escriban más y más noticias, artículos o post. ¿Pero cómo saber la veracidad de esos contenidos? ¿Cómo saber que detrás de ese artículo hay una investigación previa? ¿Cómo saber si no es simplemente un artículo elaborado para colar un enlace, sin dar mayor importancia al contenido? ¿Qué responsabilidad tiene el autor? ¿Puede cualquier imbécil escribir sobre física cuántica con tal de colar un enlace?
Hasta la Wikipedia está hecha por usuarios, y si bien es cierto que en la mayoría de los casos existen personas que se encargan de comprobar la veracidad, en otras ocasiones y debido al volumen de datos que se actualizan cada día, pueden llegar a pasar meses o años hasta que alguien se dé cuenta de ello (sí, sigue dando miedo :))
Sin ir más lejos, una de las fuentes más consultadas por los estudiantes es la Wikipedia. ¿Dónde han quedado los «tochos» enciclopédicos que consultábamos no hace tanto tiempo?
Luego está también el tema de los llamados influencers. Todos conocemos dentro de nuestros respectivos sectores a personas que cuentan con una amplia trayectoria con sus blogs o que tienen un gran número de followers y fans. Son personas que tienen el poder de llegar a más personas, pero no olvidemos lo fundamental: son «personas» y no «dioses«, y algo común al ser humano es el derecho a equivocarse. Tengamos en cuenta que una opinión o un artículo hablando de un hecho no es un axioma de fe.
Cómo demostrar que un contenido es veraz
En cualquier caso, como usuarios de Internet (y de fuera de Internet) también es una decisión y una responsabilidad de cada cual el hecho de creerse o no todo lo que lee a pie juntillas y de contrastarlo antes de darlo por cierto y colaborar en su difusión.
Por otro lado, a la hora de demostrar el rigor o la veracidad de nuestros contenidos, hay cosas que también podemos hacer y que realmente no cuestan tanto:
- Cita las fuentes: si estás dando datos específicos (porcentajes, estudios, ejemplos reales), cita las fuentes y referencia de quién, cómo y de donde has tomado esos datos. Poder completar tu artículo con estudios estadísticos reales o artículos en prensa, también es una buena forma de dar seguridad a tu lector.
- Investiga: No pierdas la capacidad de investigar y contrastar fuentes, no te quedes con el primer resultado que aparezca, tal vez en dos páginas posteriores exista un artículo mejor o más completo. Busca también en inglés así podrás contrastar datos de otros países.
- Pruebas: No hay mejor prueba que la experiencia, cuando hablas de algo que tú mismo has experimentado en tu trabajo, en tu vida o a tu alrededor. Si es así cuéntalo y siempre especifica que estás hablando desde tu experiencia. Igualmente deja claro cuándo estás simplemente dando tu opinión. Una cosa es informar, otra opinar.
- Ejemplifica: Si puedes poner ejemplos reales, de clientes, de otras empresas o propios también será una buena forma de darle más credibilidad a tu contenido.
Pues lo dicho, no perdamos la capacidad de cuestionar las cosas e investigar, de contrastar las fuentes y de asumir que los contenidos que pululan por la red, por muy buena que sea su posición en Google, no siempre tienen que ser axiomas.
La verdad que es un tema que da que pensar, ¿hasta dónde llega el poder de los medios de comunicación, de la blogosfera y de las redes sociales? ¿Cuál es tu opinión sobre este tema?